Como todos sabemos, la pandemia aceleró la transformación digital en todo el mundo, cambiando, sobre todo, la modalidad de trabajo en muchos ámbitos, yendo de lo presencial a lo virtual. Algo que sucedió en empresas, universidades y también en los programas de prácticas profesionales.
Aunque la crisis sanitaria ocurrió hace ya tres años, sus efectos siguen siendo notorios en nuestra vida. Basta saber que, en México, el número de trabajadores remotos ha aumentado hasta en un 117% este año respecto al anterior, siendo la CDMX el primer puesto en la lista de ciudades con mayor crecimiento en home office, seguida de Guadalajara y Monterrey.
De igual modo, recientemente se publicó la NOM-037-STPS-2023, que establece las condiciones de seguridad y salud para los trabajadores remotos, exigiendo a los empleadores cubrir algunos costos relacionados al teletrabajo, como el internet, la luz e incluso proveer sillas ergonómicas a sus colaboradores.
Dado que, actualmente, muchas empresas aún mantienen operaciones bajo el modelo de home-office, vale la pena reflexionar sobre cómo se han implementado hasta la fecha los programas de prácticas profesionales virtuales y, sobre todo, bajo qué condiciones seguirán evolucionando, considerando factores como los recientes cambios de regulación o el desarrollo acelerado de nuevas tecnologías.
Durante la pandemia, las empresas buscaron adaptar todos sus procesos a la modalidad virtual, incluyendo el manejo de sus programas de prácticas profesionales. Por supuesto, empresas de tecnología como Intel y Microsoft se adaptaron rápidamente a esta nueva modalidad.
Intel lanzó un programa de practicantes virtual que incluyó a 5,700 participantes en 32 países y que tuvo una aprobación del 98%, según comentó Sandra Rivera, vicepresidenta ejecutiva de la empresa en The New York Times Syndicate. Por otra parte, Microsoft anunció en su blog oficial que adaptaría su programa de prácticas de verano para brindar una experiencia virtual.
Partiendo de estos casos, podemos destacar no solo el alcance y las oportunidades que brinda la virtualidad, sino también aprender más sobre los retos a superar para desarrollar un programa de prácticas profesionales remoto de manera exitosa.
Las iniciativas de los programas virtuales de Intel y Microsoft mostraron que, para conducir de manera óptima un programa de prácticas profesionales remoto, es necesario mantener las buenas prácticas aún en la distancia, tales como:
Conocer a profundidad las aspiraciones y necesidades de los practicantes para mejorar la oferta del programa virtual
Brindar un onboarding robusto con sesiones de entrenamiento para que los becarios se adapten al 100% al entorno virtual y conozcan las herramientas que usarán para sus actividades
Promover el networking aprovechando que la tecnología puede conectar más fácil a las personas en todo el mundo
Mantener dinámicas de trabajo en equipo para fomentar el compañerismo entre los miembros del programa
La mejora continua impulsada por la investigación y el análisis de las encuestas de satisfacción, así como el seguimiento puntual del desempeño de los becarios a través de tutores asignados
Por otra parte, el aspecto más destacado de un programa de prácticas profesionales remoto son las oportunidades de desarrollo profesional que puede brindar la tecnología a los practicantes.
En principio, puede ayudar a maximizar el alcance del programa, conectando por videollamadas a los becarios con los directivos y líderes de las distintas áreas de la empresa. También puede impulsar el intercambio cultural, vinculando a los practicantes de distintas partes del mundo, en el caso de las organizaciones internacionales.
Asimismo, para exponer a los practicantes a la parte extracurricular de la cultura laboral de la empresa, se pueden realizar iniciativas con otras organizaciones, como en el caso de Intel, que ofreció a sus practicantes la oportunidad de hacer voluntariado virtual con distintas ONGs.
Finalmente, las empresas también pueden contribuir mucho más a la formación de sus practicantes, a través de diversas plataformas digitales que, actualmente, ofrecen una amplia gama de cursos online enfocados en la profesionalización.
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Dado que la transformación digital es una de las prioridades para el sector empresarial, algunas de las tendencias que las organizaciones deberían considerar para mejorar sus programas de prácticas profesionales son:
Según un estudio de WeWork, el 81% de los latinoamericanos considera que el modelo híbrido es el ideal para desempeñar sus actividades de forma más eficiente. Así que, si bien los programas de becarios virtuales son atractivos, es importante considerar también modelos híbridos que aporten lo mejor de la presencialidad a la experiencia de los practicantes en la empresa.
Para enfrentar el reto de la administración remota de los practicantes, es necesario que los líderes de RR.HH. cuenten con herramientas para eficientar su programa de becarios, que les ayuden a realizar el seguimiento y la evaluación pertinente de cada practicante, así como a simplificar aspectos operativos. Por ejemplo, la dispersión de becas o la alta, baja y renovación de los convenios entre la empresa, la universidad y el estudiante.
La Inteligencia Artificial es una tendencia en crecimiento que está cambiando la forma de trabajar del área de Recursos Humanos de las empresas, pues los avances de esta tecnología han comenzado a usarse para optimizar procesos como la selección, evaluación y capacitación del talento humano.
Si pensamos en los programas de becarios, la IA puede ayudar a mejorar la gestión y la experiencia de los practicantes en las empresas. Por ejemplo, en la parte de asesoramiento y orientación se pueden usar chatbots para responder a dudas frecuentes o para recomendarle a cada joven cursos, talleres u oportunidades de desarrollo profesional, basadas en sus intereses y objetivos de carrera.
La IA también puede complementar el seguimiento y la evaluación del desempeño de los becarios, realizando análisis predictivos que sirvan para identificar tendencias y patrones en su rendimiento. Con esto, los líderes pueden tomar decisiones más informadas sobre la expansión o modificación del programa en el futuro.
A pesar de los beneficios que puede brindar un programa de prácticas profesionales online, siempre es importante considerar si su implementación conviene a la empresa, y si esta realmente tiene la capacidad para ofrecer una experiencia enriquecedora a los becarios desde tal modalidad.
Los programas de becarios remotos, sin duda, pueden ser una gran oportunidad para las organizaciones que buscan atraer talento de distintos estados de la República o de diferentes países, así como para aquellas empresas cuyas operaciones no dependen tanto de lo presencial o del trabajo en campo.
Por otra parte, con la entrada en vigor de la NOM-037 en el mes de diciembre, será importante reforzar las buenas prácticas en los programas, considerando las nuevas regulaciones para el trabajo remoto; desde respetar los horarios de los practicantes, hasta proporcionales un equipo de la empresa que les ayude a realizar sus actividades diarias.
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